En los últimos tiempos y gracias a la aparición de las redes sociales, la comunicación es cada vez más interactiva. Hoy en día son pocas las páginas web que actúan unidireccionalmente con los usuarios, sino que han cambiado su estrategia: los usuarios han dejado de ser simples receptores de mensajes para pasar a tener más poder que nunca.
Los medios de comunicación son un claro ejemplo. La mayoría ya ofrecen diversidad de formas de participación de la audiencia. Desde la aportación de comentarios a las noticias que se publican hasta la producción propia de piezas, como si de periodistas se tratara. El portal 3cat24.cat tiene un gran abanico de opciones para interactuar con su público.
También la irrupción de las redes sociales ha cambiado la forma de trabajo de las empresas. Internet aporta la pluralidad que no tienen otras fuentes y métodos tradicionales, gracias a las redes de información que crean los ciudadanos. No obstante, esta ventaja puede convertirse en un inconveniente cuando la información que se produce y publica sobre las empresas es negativa. Por este motivo muchas han optado por crear blogs falsos que buscan parecer consumidores anónimos para autopromocionarse. Por tanto, otra vez más son los consumidores quienes tienen el poder en sus manos.
Pero esto es sólo una tímida pincelada de las posibilidades que concede lo que llamamos web 2.0. Parece ser, sin embargo, que la web 2.0 ya se está quedando atrás. Todavía no hemos explorado del todo su campo de ejecución que ya se generan debates entorno a un nuevo concepto: la web 3.0. En poco tiempo hemos pasado de la web 1.0 a estar a mitad de camino de la web 3.0.
Los medios de comunicación son un claro ejemplo. La mayoría ya ofrecen diversidad de formas de participación de la audiencia. Desde la aportación de comentarios a las noticias que se publican hasta la producción propia de piezas, como si de periodistas se tratara. El portal 3cat24.cat tiene un gran abanico de opciones para interactuar con su público.
También la irrupción de las redes sociales ha cambiado la forma de trabajo de las empresas. Internet aporta la pluralidad que no tienen otras fuentes y métodos tradicionales, gracias a las redes de información que crean los ciudadanos. No obstante, esta ventaja puede convertirse en un inconveniente cuando la información que se produce y publica sobre las empresas es negativa. Por este motivo muchas han optado por crear blogs falsos que buscan parecer consumidores anónimos para autopromocionarse. Por tanto, otra vez más son los consumidores quienes tienen el poder en sus manos.
Pero esto es sólo una tímida pincelada de las posibilidades que concede lo que llamamos web 2.0. Parece ser, sin embargo, que la web 2.0 ya se está quedando atrás. Todavía no hemos explorado del todo su campo de ejecución que ya se generan debates entorno a un nuevo concepto: la web 3.0. En poco tiempo hemos pasado de la web 1.0 a estar a mitad de camino de la web 3.0.
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